Ana Mercy Otáñez
amercy@gmail.com
Que de la noche a la mañana tienes todo bajo control, pero sucede una situación inesperada que te descompensaÖ A mí me ha pasado y he caído desplomada en depresión, aferrada a mi cama. He llorado como loca en la soledad de mi espacio favorito. He comido sin parar y he pasado hambre sin sentir el rugir de mi estómago y sin necesidad de comerÖ He revivido traumas de salud y he sufrido de un estrés tan fuerte que me he roto los dientes durmiendo. Súmele a esto el ver partir a seres queridos, quedar sin trabajo cuando más lo necesité y sentir el desamparo momentáneo o no, de todo lo que creímos que estábamos blindadosÖ La fe en Dios y la aceptación de cada contexto a lo que tenemos que enfrentarnos en conjunto con las ambiciones de nuestros más anhelados sueños suelen convertirse en el eje impulsador que nos motiva y luego nos inspira para sin excusas vacías, levantarnos, continuar y valorar el don de la vida. Sin embargo, cuando la situación es a la inversa, vuelvo y les pregunto: ¿Les ha pasado? Que cuando todo va por el camino de la frustración y el derrotero, es cuando más fuerza usted posee para salir adelante tras sus más anegadas metas. A mí me ha pasado, y he decidido continuar sin las excusas típicas del ‘no tengo’ y la fortaleza de mis más grandes ilusiones, aun sin saber hacia dónde enfilar mis energías, pero si consciente de lo que quiero. En la profundidad del dolor y la tristeza es el instante ideal para crear, diseñar y dar forma al emprendedor que todos tenemos dentroÖ Porque así como la vida te remenea el piso cuando menos lo espera, así también te premia, dándote la oportunidad de reaccionar de forma natural ante el miedo y la incertidumbre al fracaso o a una pérdida. Las oportunidades nunca saldrán detrás de ti, ni detrás de nadie, está en nosotros buscarlas o crearlas. ¿Por qué negarnos a tomar acción? Sí, siempre habrá falta de dinero, de tiempo y de apoyo. Simplemente escuche a su corazón y siga el hilo conductor entre su alma y sus aspiraciones, cree estrategias de realización y solo así logrará alcanzar sus objetivos personales y profesionales. Lo que nadie puede dejar de reconocer es que lo fundamental en la vida es que todo cambia y los escenarios inesperados están ahí para retarnos y enfrentarnos ante nuestras debilidades, olvidando mientras tanto el poder divino y las fortalezas con las que fuimos dotados. Si esperamos a que todos los planetas estén alineados para dar el primer paso hacia donde queremos estar, será imposible alcanzar el éxito o su realización. ¿Les ha pasado? Con el favor de Dios nos leemos la próxima semana.
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